Uno de los mitos más comunes sobre la religión es que esta es inofensiva o incluso benéfica, pero incluso una pequeña revisión a nuestra historia o a las noticias nos pueden mostrar la falsedad de esta afirmación.
La religión en realidad es una de las causas más frecuentes de guerra: cruzadas (1095-1291), guerras de conquista (siglos 15 y 16), guerras de expansión islámica (622-1236), las guerras de religión de Francia (1562-1598), etc., de asesinatos, matanzas y torturas:Matanza de San Bartolomé (1572), La persecución de los paganos (314-476), la inquisición (1184-1965), etc.
Actualmente la religión sigue causando gran cantidad de muertes en atentados: las torres gemelas (sep. 2001), el metro de Madrid (marzo de 2004), Oslo e islote de Utøya(julio de 2011), metro de Tokio (marzo de 1995), etc. Y de manera indirecta debido a tradiciones, costumbres y prohibiciones religiosas: la prohibición del condón por varias iglesias cristianas (tanto protestantes como la católica romana), la mutilación genital femenina, la negación a las transfusiones de sangre (varias sectas cristianas, incluidos los testigos de Jehová), etc.
Además a esto hay que agregarle su fuerte oposición al avance de la ciencia desde la física (cosmología, investigación de partículas subatómicas, etc.) hasta la biología (células madre, enseñanza de la evolución, etc.) y a los movimientos a favor de la igualdad (entre sexos[igualdad de genero], entre heterosexuales y homosexuales, bisexuales, transexuales, etc.[diversidad sexual], entre religiones y posturas no religiosas[laicismo], etc.)
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